En general, los niños superdotados presentan intereses diferentes a los niños de su edad.
Otros factores que distinguen a los menores superdotados es su flexibilidad de pensamiento, una alta autorregulación, capacidad de aprendizaje y la madurez personal.
Entre otros indicios a la hora de reconocer a un niño superdotado, se pueden tener en cuenta los siguientes:
- Gran curiosidad y creatividad.
- Rapidez de aprendizaje y excelente memoria.
- Dice su primera palabra antes de los 8 o 9 meses.
- Dice su primera frase con 1 año.
- Mantiene una conversación entre 18 y 24 meses.
- Vocabulario impropio para su edad.
- Aprende el abecedario y cuenta hasta 10 a los 2 años y medio.
- Resuelve mentalmente problemas de suma y resta hasta 10 con 3 años.
- Empieza la etapa del por qué antes de los 3 años, realizando preguntas exploratorias a edades tempranas.
- Intereses muy variados y búsqueda lógica del por qué de las cosas.
- Comprensión y lectura precoz.
- Posee una alta sensibilidad hacia el mundo que le rodea.
- Preocupación por temas de moralidad y justicia.
- Enérgico y confiado en sus posibilidades.
- Muy observador y abierto a situaciones inusuales.
- Muy crítico consigo mismo y con los demás.
- Gran capacidad de atención y concentración.
- Le gusta relacionarse con niños de mayor edad.
- Rechazo a la autoridad y gran independencia.
- Capacidad de liderazgo y gran energía, con bajo nivel de cansancio.
- Duerme poco menos que la mayoría de niños de su edad (de adulto puede padecer insomnio).
- Se aburre en clase porque sus capacidades superan los programas de estudio convencionales.
- Son, aparentemente, muy distraídos.
- Su pensamiento es productivo más que reproductivo. Se basan en la construcción de las cosas.
- Llegan a sentirse incomprendidos, raros.
- Alta autoestima académica, pero no personal.
- Son independientes e introvertidos.
La detección temprana resulta fundamental para ofrecer al niño el entorno educativo más conveniente y la atención que merece.
Si se identifican a tiempo, los pequeños superdotados podrán potenciar sus aptitudes y desarrollarlas plenamente una vez alcanzada la edad adulta.
En caso contrario, su desarrollo intelectual se verá frenado y puede acabar en fracaso escolar.
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